Como de costumbre, no fue un negocio habitual.
Las hermanas subieron nerviosamente los escalones del 148 de Jane Street; esperando que sus esperanzas se hicieran añicos cuando Joyce se revelara como una acaparadora extrema. Pero felizmente, las hermanas se vieron sorprendidas y asombradas cuando ingresaron por la puerta principal de la propiedad.
La casa parecía un enorme cofre del tesoro. Cada habitación era una perfecta fusión entre los años 50 y 60, la cual había sido cuidadosamente protegida. La casa, bellamente conservada, era una combinación de colores pastel y muebles antiguos. Carla y Gladys se sorprendieron y no pudieron creer cuan impecablemente los muebles habían sido mantenidos; también, cada habitación era más impresionante que la anterior.