Aceptar el desafío como grupo.
Cuando sonó el timbre del teléfono en la oficina, Carla fue la primera en contestar, mientras que al otro lado estaba Joyce, la casera de 148 Jane Street. Joyce, habló con nerviosismo y compartió que tenía 96 años y que buscaba vender su casa en Toronto. Carla, al escuchar a Joyce, se sorprendió de lo bien organizada que sonaba para alguien de su edad.
Además, Carla no pudo evitar preguntarse por la anciana, pensar en cuánto más consciente sonaba Joyce que alguien cercano a los 100 años, o si aún vivía sola a la edad de 96 años. Aunque la edad de Joyce podría no ser la más impactante revelación que la anciana le haría a Carla durante esa inolvidable conversación telefónica.